viernes, 11 de diciembre de 2009

BUSHIDO HOY: MANUAL DEL SAMURAI DEL SIGLO XXI



"BUSHIDO HOY", DE LA MANO DEL EXCELENTISIMO Y EXPERTO EN ARTES MARCIALES "SALVADOR BADILLO".
TODOS LLEVAMOS UN GUERRERO EN NUESTRO INTERIOR, DESCUBRELO CON "BUSHIDO HOY" UN LIBRO QUE NO TE DEJARA INDIFERENTE.


PRÓLOGO

El sonido del agua al caer; cascada incesante como lo son los pensamientos. Quietud y contemplación. Encuentro la paz entre el caos de la ciudad que hierve de ajetreo. Cientos, miles de personas que se afanan en llegar, en conseguir, en ganar... Millones de personas que se esfuerzan en el inútil deseo de encontrar...

Es difícil encontrar un momento de paz en los tiempos que corren, estamos condicionados por el rápido fluir de las horas, los minutos, los segundos…

Me alejo de ese espíritu burlón que se ha colado en cada uno de nuestros hogares, ese espíritu que nos alecciona, que nos dice cómo pensar… y lo más
preocupante, que nos dice en qué debemos pensar. Un espíritu llamado televisión, donde cada día nos dan la orden implícita de seguir el ritmo de una actualidad que no siempre nos pertenece, a la cual en la mayoría de ocasiones somos ajenos.

El individuo por sí mismo ha llegado a la conclusión de que en realidad sus asuntos son los más importantes, y cualquier error -siempre a su juicio totalmente subjetivo- es una acción casi deliberada por agredir su estado de paz, y por lo visto, de su “sabia, excelente y maravillosa existencia”… ¿Qué nos está pasando?

Es desafortunado pensar que somos los protagonistas de una obra destinada a ser una oda a nuestra persona. Estrella y héroe de una vida compleja, dentro de un planeta complejo que a su vez pertenece a un universo de mecanismos intrincados y hasta hace poco indescifrables. Entre nosotros; es estúpido pensar así, y lo más
preocupante; es muy peligroso.

Sería mucho más provechoso y feliz pensar que somos una pieza pequeña, aunque eso sí, insustituible y única en una obra coral llamada existencia, en la cual todo está absolutamente interconectado y en la cual interactuamos con todo lo que nos rodea.

Es trabajo del guerrero, del
samurái de nuestra época, el hacer un esfuerzo más, ir un poco más allá, no sólo en busca de respuestas a las preguntas que todos nos hacemos, sino en la tarea siempre ardua y poco agradecida de ser útil al resto del planeta.

Sí, del planeta digo, porque no es suficiente con ser útiles a nuestros congéneres.

Your browser may not support display of this image. ¿Qué es un samurái?

Hoy en día es un ideal a seguir, extrapolado a nuestra época, por supuesto.

En el Japón medieval eran una casta de guerreros (
Bushi) dedicados en cuerpo y alma al arte de la guerra, mediante el estudio de diferentes disciplinas marciales, como el tiro con arco, la equitación, el arte de la espada - que fue el arma más valorada por estos guerreros con el tiempo - así como también el estudio de disciplinas de combate cuerpo a cuerpo a mano vacía y contra armas.

El
samurái se regía por un código implícito a su condición llamado Bushido, o lo que es lo mismo, “el camino del guerrero”, consistente en siete principios éticos y espirituales de los que ya haremos mención más adelante.

A fin de cultivar también su mente y espíritu, los
samurái estudiaban concienzudamente diferentes artes “sociales” como el Ikebana o arte de la jardinería, la ceremonia del té (Chado), un complejo y delicado proceso mediante el cual rendían honor a sus huéspedes e invitados. La caligrafía (Shodo), la meditación Zen (Zazen)… etc.

El
samurái no sólo se dedicaba a “afilar” su espada, casi una extensión del alma del guerrero a la cual adoraban y respetaban absolutamente, sino que- y aquí es donde debemos buscar inspiración- buscaba “afilar” su mente a fin de ser en sí misma un arma, la más preciada espada que un guerrero puede poseer.

Samurái significa “servidor”. En los albores de su historia, estos guerreros alcanzaban la condición de Samurái siempre que fuesen diestros guerreros y estuviesen dispuestos a servir a la causa del Emperador o de un señor feudal o “daymio”.

Hoy en día, todos somos de alguna manera “servidores”. Tanto en nuestro trabajo, en nuestra familia, en nuestras relaciones sociales, estamos siempre sirviendo de alguna manera, y es aquí donde la palabra “
samurái” puede adquirir sentido en nuestras vidas.

La palabra “servir” puede tener connotaciones negativas en nuestros días, pero si entendemos que “Ministro” también significa “servidor”, tal vez
comprendamos que el hecho de “servir” puede no ser algo que nos rebaja, sino que nos enaltece.

La sabiduría sin acción no es sabiduría, es simple conocimiento, un sencillo almacenamiento de datos. La verdadera sabiduría consiste en utilizar nuestros conocimientos entrando en acción. Si una enseñanza no puede ser practicada, si no posee la cualidad de ser útil en nuestra vida cotidiana, no merece el calificativo de sabiduría.

Porque no todos somos iguales, aunque seamos semejantes. Porque el mensaje de los sabios no nos aporta en sí mismo soluciones. Porque lo que me hace feliz a mí no hace feliz
necesariamente a los demás, porque decides ser feliz, y para ser feliz se han de cultivar ciertos principios éticos y morales, o así lo creo. Por esto y mucho más que cada cual debe descubrir por sí mismo, se llega a la decisión de no formar parte de un rebaño que es conducido como un ente en sí mismo, sin que esto sea realmente cierto. Porque sí, somos un ente interrelacionado, interconectado, en el cual nos necesitamos unos a otros para poder vivir de una manera socializada. Porque en definitiva, y pese a quien pese, somos interdependientes. Pero no somos todos iguales ni tenemos un cerebro colectivo que se sienta satisfecho y feliz por contagio. Para esto, en definitiva, para ser mucho más feliz, para sentir mucha más paz interior, para nutrirse de la felicidad que podemos generar en los demás. Para ser útiles.

Si ya el prólogo te transmitió la energía, no dudes en seguir leyendo, conforme avanzas la sensación es más intensa.


Continuará.......................................

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