jueves, 29 de octubre de 2009

AMIGO MIO, RECUERDA QUE ESTOY A TU LADO, BY BARBARA KARNES

Hoy una noticia hizo impacto en mí, una noticia que tarde o temprano muchos de nosotros recibimos, una noticia que no es agradable recibir y que te hace reflexionar sobre el sentido de la vida, un noticia que te hace valorar las pequeñas cosas de la vida. Una vecina falleció, tan sólo tenía 40 años, casada y con un bebe de 2 añitos, su marido en paro, y de orígen Colombiano, hacía sólo dos día hablaba con unas vecinas, mientras enseñaba feliz a su bebe, comentaba que sentía una presión en el pecho, y que pensaba ir al médico. Así fue, al día siguiente se dirigió al médico y este le mando al hospital para que la hicieran una revisión más profunda, lamentablemente, de allí no volvió a salir. Cuándo pienso en lo fugaz que puede ser la vida, cuándo pienso en esa criatura sin su mama, a ese hombre que no podrá descansar. Sólo tengo palabras para dar Gracias por lo que tengo y por los que tengo.

A todos aquellos que esteis pasando por una situación díficil o conozcais de alguien os dedico estas palabras de Barbara karnes.

Nadie nos ha dicho cómo debemos comportarnos cuando muere un ser querido. Aun más importante, nadie nos ha dicho como se siente el lamentar la pérdida de alguien querido. No estamos preparados para sanar la herida causada por una pérdida ni estamos preparados para aprender a vivir con ese pesar.

El pesar causado por una pérdida es realmente como tener una herida. Al principio, la herida sangra y es terriblemente dolorosa. Poco a poco la herida empieza a sanar desde adentro hacia fuera. El dolor empieza a disminuir y con el tiempo se forma una cicatriz. Siempre quedará una cicatriz. Nunca se vuelve a ser igual que antes.

Lo difícil durante un período de lamentación es que deseamos que la vida volviera a ser como era antes. La muerte de un ser querido, así como el sufrimiento que la acompaña, afecta nuestras vidas. La vida cambia. Ya no somos la misma persona y a nadie le gustan los cambios cuando éstos le son impuestos. Es difícil aceptar el cambio. Sentimos rencor, pero rencor hacia que? hacia quien?. La muerte nos vuelve rencorosos y nos hace dudar acerca de nuestra fe. Ante todo, nos duele y nos da rencor porque ese ser querido ya no está con nosotros. ............................

El dolor que sentimos al perder un ser querido viene acompañado de una sensación de miedo. Su muerte nos hace recordar que nosotros también podemos morir.........

Palabras de Joanetta Hendel,

No me digas que comprendes
no me digas que lo sabes,
no me digas que sobreviviré,
y que seguramente creceré.

No me digas que esto es solamente una prueba,
que en realidad he sido bendita,
que he sido escogida para esta labor
entre todos los demás.

No me vengas con respuestas
que sólo yo puedo declarar,
no me digas que pasará mi pesar
y que pronto libre estaré.

No me juzgues como un piadoso
de las cadenas que tengo que librar,
no me digas cómo sufrir,
y no me digas cómo llorar.

Mi vida está repleta de egoísmos,
Mi dolor es lo único que siento,
pero te necesito, necesito tu amor,
sin condiciones.

Acéptame en mis buenos y malos momentos,
necesito alguien con quien compartir,
tómame de la mano y déjame llorar,
y dime, "Amiga mía, recuerda que estoy a tu lado"

2 comentarios:

Alexis dijo...

Estoy de acuerdo con lo dicho.Desafortunadamente perdi a mi padre a los ocho años,ahora tengo veinticuatro.Supongo que inconscientemente me habrá marcado,pero es una cosa tan intangible que no lo podre llegar a notar.Al ser tan pequeño,tengo poquísimos recuerdos,muy puntuales,situaciones muy concretas...Eso en algunos momentos me da rabia.Pero lo que si se es que lo tengo presente siempre en mi corazon,eso si que lo entiendo.Afortunadamente tengo a mis amigos,a mi hermana y a mi madre,mis dos unicas heroinas.
Gracias por el espacio,es de gran ayuda.Saludos!

Olga dijo...

Es difícil perder a un ser querido, sobretodo si es a una edad tan temprana, aun más difícil cuando se trata del padre o de la madre, y todavía más difícil si se trata de un hijo o una hija.

Son experiencias dolorosas, pero de las cuales uno se puede reponer, a cada uno le lleva su tiempo y su proceso.

Yo también perdí a mi padre, y de forma repentina, afortunadamente el proceso de dolor, de rabia ya pasó ahora estoy como tu que siempre lo llevo en mi corazón. Y es así se van, pero nos quedan dentro.
Tu formas parte de él y una parte de ti no es otra cosa que la continuación de tu padre.

Me alegro que tengas a esas heroinas en tu vida, Tu madre y Tu hermana,en realidad esos son los valores de la vida, valorar lo que se tiene y no lo que no se tiene.

Un abrazo desde el corazón.

olga